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domingo, 30 de enero de 2011

Francia agranda su leyenda

La selección francesa de balonmano se confirmó como la mejor de todos los tiempos al derrotar a Dinamarca en el final del Mundial de Suecia por 37-35 en la prórroga. De esta forma, Francia logra su segundo Mundial consecutivo, cuarto de su historia que le iguala a Suecia y Rumanía como los que más tienen, y obtiene su cuarto entorchado internacional seguido al sumar también Juegos Olímpicos en 2008 y Europeo en 2009.
Ni los diez goles de Hansen bastaron a Dinamarca para agrietar el muro francés, en el que una vez más Didiert Dinart dio toda una lección de como defender con la máxima intensidad y sin necesidad de ninguna exclusión, algo realmente difícil cuando enfrente se encuentran los habilidosos daneses.
Sin embargo, la experiencia de Dinart, como la de todo el equipo francés permitió a los de Claude Onesta mantener a raya al veloz equipo danés, que sin posibilidad de correr, comenzó a atascarse en el marcador. El tanteador ya reflejaba a cinco minutos para la conclusión del primer tiempo una ventaja de tres tantos (13-10) para el equipo galo, y los Fernández, Gille o Karabatic supieron administrarla con inteligencia hasta llegar al ecuador de la segunda mitad.
Momento en el que la otra gran estrella del conjunto danés, el jovencísimo portero Niklas Landin decidió rebelarse contra un guión, que parecía destinado a llegar a la selección gala a un cómodo triunfo final. Parada a parada, el joven Landin, que ya fue clave en las semifinales con España, fue rearmando al equipo danés, que una vez que pudo correr fue reduciendo su desventaja hasta forzar la prórroga (31-31) con un lanzamiento final de Bo Spellerberg.
Prórroga gala
En el tiempo añadido, pese al empeño de Ladin, que arrancó la prórroga con tres paradas casi consecutivas, Francia impuso su mayor talento, con un magnífico Nikola Karabatic, que evidenció su condición de mejor jugador mundial, y veteranía, representada como nadie por el magnífico Jerome Fernández.
Fernández fue, precisamente, el encargado de cerrar el triunfo francés (37-35), que permite a los galos sumar su cuarta corona universal, una cifra de la que hasta ahora tan sólo podían presumir Rumanía y Francia.

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