Rafa Benítez toma aire. Al borde de la destitución, el entrenador español sacó adelante el partido ante el incómodo Seongnam de Corea del Sur, que se derrumbó nada más empezar, cuando Stankovic marcó el primer gol en el minuto tres. Un instante antes todo parecía de color negro para el Inter. Sneijder se había tenido que marchar, lesionado tras una dura entrada de Sasa. Pero fue precisamente su sustituto, Stankovic, el que marcó en la siguiente jugada.
Pero el verdadero protagonista del partido fue Diego Milito. El argentino reaparecía tras varias semanas de baja y demostró que las quejas de Benítez ante su ausencia eran justificadas. Participó en el segundo gol con un taconazo que Zanetti aprovechó a puerta vacía y firmó el tercero, tras un buen remate de Etoo.
El Inter volvió al esquema que le llevó a ganar la última Copa de Europa, con Etoo por la izquierda y Milito como ariete y el equipo se vino arriba y recuperó sus mejores sensaciones. La defensa estuvo más firme que en ocasiones precedentes, pero la clave estuvo en que, con Diego Milito sobre el campo, los centrocampistas encontraron muchas alternativas de pase dada la movilidad y la verticalidad del argentino.
El Inter disputará el sábado (18 horas, La Siete) la final del Mundial de Clubes ante el Mazembe y optará a su quinto título de la temporada. No podrá alcanzar el récord del Barça (seis títulos) porque perdió la Supercopa con el Atlético.
Sneijder se lesionó y podría perderse la final
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